sábado, 7 de abril de 2012

Tradición que nos deja



Desde un día antes el centro de San Salvador se cierra al libre tráfico vehicular, con la intención de hacer espacio para los artesanos que trabajarán en la elaboración de las coloridas alfombras que adornarán el recorrido por donde pasará el Santo Entierro después que salga, como otros tantos años, de la Iglesia de El Calvario. La gente se apersonó en el centro de la ciudad capital desde tempranas horas, bajo un despliegue inusual de muchos policías municipales.

La Iglesia Catedral ya no luce el el esplendor y colorido de otros años ... pues todo el trabajo artístico de Pablo York fue eliminado de sus muros por orden de la alta jerarquía de la iglesia; en su lugar hoy penden remembranzas de un pasado de guerra que ya quisiéramos olvidar. Abajo, como un triste presagio, todas las alfombras hoy se hacen de colorida sal (cuando antes se hacían de aserrín), y otros menos comprometidos con el arte de las alfombras simplemente con pintura. Al menos esto último no se vio en el centro de la capital, pero sí mucha abstinencia de los encargados de este arte, y en su lugar se puede observar una injerencia de los políticos de turno más que la intencionalidad religiosa de la iglesia.





























Un detalle digno fue que el propio viernes santo, un segmento de la Orquesta Sinfónica llegó a deleitarnos con música clásica que de otra manera no podemos escuchar... ciertamente nuestros medios de comunicación hacen poco por orientar la frágil educación conque contamos, sino es para convertirnos en elementos consumistas. La interpretación de melodías ya olvidadas nos hace recordar lo mucho que estamos perdiendo de este hermoso mundo ... ¡qué bueno que aún hay gente para interpretar y muchos que en ese momento se dieron cuenta que podían escuchar ... y aplaudir al final.








"Jesús Alegría de los Hombres" - Bach:



"Ave María" - Bach




"Canon in D" - Pachelbel





"Bajo El Almendro Vals" - David Granadino, Compositor salvadoreño










Hoy por hoy, la Semana Santa debería ser una comunión espiritual donde todos nos diéramos cuenta que somos hijos del mismo Dios... ¡y qué bueno que todavía hay quienes piensan lo mismo!


CAMARO 27 con su magia fotográfica nos dá una lección
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